Mi pastor, aunque a menudo parece sabio, en ocasiones hace una tontería. Como darme la homilía para Pentecostés. Para empeorar las cosas, por supuesto se registrará ya que todos nos quedamos en casa, por lo que mis resbalones normales de la lengua se guardarán para toda la posteridad. Estoy bastante seguro de que terminaré siendo un mal meme predicador en Facebook.
Por un lado, estoy agradecido por la confianza, y espero no fallarle a mi Señor, el Espíritu Santo. Por otro lado, sé que no estoy a la altura de la tarea, especialmente porque en el trabajo me estoy preparando con todo lo necesario para la graduación de mis alumnos, lo cual es un asunto inconexo en este momento de pandemia. Solo espero que al final, el Espíritu Santo al que estoy llamado a predicar me ayude a saber qué decir acerca de Él.
Esto es lo que obtuve hasta ahora:
Jesús, María, José. (Siempre comienzo con eso, esperando que me ayuden).
Ven, espíritu santo. (Mi oración mientras mi mente se queda en blanco).
(Una lista de posibles temas, ninguno de los cuales me hace escribir 🙂
- Dones del Espíritu Santo
- Frutos del Espiritu Santo
- ¿Fuego, viento y agua, símbolos de destrucción?
- Amor entre el Padre y el Hijo y otros símbolos de la Trinidad.
- Paseo por el catecismo

Como puede ver, no voy a llegar a ninguna parte con esto. Esto sucede cada vez que me siento y escribo una homilía. Sinceramente, sería más fácil caminar hasta el podio y hablar, eso funciona bastante decente la mayor parte del tiempo. El problema es que parece que no le estoy dando a Dios y a Su pueblo lo que merecen, Él y ellos se merecen lo mejor que puedo dar, y me sentiría barato si realmente no pasara tiempo realmente resolviéndolo.
Entonces, en cambio, me siento y miro la pantalla, hasta que me enojo o me distraigo lo suficiente como para escribir una publicación en el blog. Así que aquí estoy. Distraído.
Desearía poder decir que esto fue parte del proceso. En cambio, creo que es solo parte de la penitencia. Me encanta dar homilías, me siento honrado de poder hablar por el Señor, y estoy profundamente agradecido por su confianza. No soy tan bueno en eso como desearía ser.

Han pasado horas desde que escribí esto, y no tengo una línea más en mi homilía. Estuve en reuniones, organicé mi biblioteca de fotos, actualicé mi computadora y lavé al gato. De acuerdo, no lavé al gato, pero me duché porque olía a animal. Pero no más homilías.
Te diré qué, cuando lo haga, lo publicaré para tu revisión. ¡Tendrás que decirme si este proceso loco pagó al final o no!
https://deacondance.com/how-not-to-write-a-homily/
Otras entradas del diácono Dance en este blog: Las-camisas-clericales-de-los-diaconos-por/
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